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La invocación parasitaria de las acciones afirmativas

La invocación parasitaria de las acciones afirmativas
Por Jesús Karabali. Miembro de CADHUBEV (Colectivo Afrodescendiente pro Derechos Humanos Benkos Vive Univalle)

Una vez terminado el modelo esclavista colonial, se dio paso a otros modelos esclavistas camuflados en la república o el Estado-nación. Las personas de piel oscura nacidas en Colombia han venido soportando durante siglos un hostigamiento constante por parte de diversos grupos armados y políticos. Por tal motivo muchas y muchos miembros de las comunidades negras, palenqueras, afrocolombianas y raizales se han venido organizando para participar de diversas formas dentro o fuera del aparato estatal.

Como tal, las acciones afirmativas, se han convertido en unos de los estandartes utilizados por el Estado-nación para frenar el avance contundente de los grupos que han sido erróneamente llamados minorías. A mi modo de ver, las acciones afirmativas son como una especie de bálsamo, de pañitos de agua tibia que han servido para quitarle peso a la discusión seria de temas relacionados con clase, raza o etnia, en tanto las discusiones que brotan alrededor de las acciones afirmativas giran en torno a otorgar cuotas o cupos insuficientes a las mal llamadas minorías. Éstas a su vez, en muchos casos salen con sus dientes afilados hasta más no poder por esas migajas que deja caer la élite criolla de la mesa. De alguna forma u otra esas migajas nos han servido para avanzar en términos muy mínimos porque es así como lo han querido incluso muchas y muchos de los mal llamados líderes del movimiento afrocolombiano.      
La invocación parasitaria de las acciones afirmativas aparece cuando un miembro cualquiera de un grupo de los considerados minoritarios va por su cupo, en el caso de las comunidades negras,  hemos observado como muchas personas sólo se acuerdan que son negras cuando necesitan un aval o un cupo, es decir, hacen uso de su acción afirmativa tan solo estirando la mano. Diciendo; vengo por mi cupo, vengo por lo mío.  
En muy pocas ocasiones vemos a los miembros de este grupo acercarse a decir, vengo por un cupo o un aval y deseo quedarme a trabajar y luchar para mejorar las condiciones de los míos y por ende de la sociedad. Pero más nefasto es aun cuando una persona que no hace parte de dicho grupo reclama el derecho a participar y asumirse como representante de un grupo o comunidad al que ni siquiera conoce, no frecuenta de manera sincera y cuando lo hace es para saquear bienes materiales o ideológicos.  Aimé Césaire nos habla claro en su texto El discurso sobre colonialismo, cuando menciona acerca de la geopolítica y la corpopolítica del conocimiento, esto es, las personas deben ser representadas por gente que sienta lo que ellos sienten. No por parásitos que aparecen de la nada diciendo; yo soy negro o yo soy indígena. Cuando no lo son. Solo hacen uso de un discurso amañador para aprovecharse de la acción afirmativa y secar su beneficio propio.

En tal sentido debemos revisar bien, quienes nos deben “representar”, qué tipo de personas son, de dónde provienes o cuáles son sus intereses. Ya estamos viendo que en épocas electorales todos dicen ser la solución pero a la larga muchas y muchos terminan haciendo uso de la invocación parasitaria de las acciones afirmativas.  

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