Redimensionar el patriotismo: del fútbol
a la educación, empleo y otros escenarios
Por
Jesús Karabali
No
olvidan que el fútbol tiene tanto poder como la política. Ser futbolista en
países como Colombia y Costa de Marfil no es como serlo de Francia o Alemania,
ni siquiera de Brasil. Quiérase o no, los jugadores de estas camisetas terminan
siendo más que deportistas y su juego se convierte en arma disuasiva…
Didier
Drogba
Más
allá de la forma en que salió Colombia del mundial lo demostrado por la
selección es el reflejo de un proyecto elaborado y puesto en marcha con grandes
sumas de dinero, tal vez la inversión más grande en la historia de
una selección en este país. La contratación de un técnico extranjero, campeón de varios
mundiales juveniles con Argentina, seguro que ha costado cientos de millones de
pesos.
Una forma
usual de un tal patriotismo, se desbordó por la mayoría de las calles de Colombia.
Era impresionante ver mujeres que estaban llegando a la tercera edad a las
10:00 A.M acompañadas por niñas, niños y adolescentes estallando sus pulmones
para hacer sonar una trompeta. Ríos de caravanas
bajaban de las laderas de Cali, nunca antes en la historia de Colombia se
usaron tantas camisetas de una selección. Nunca se vio tanto desperdicio de harina
y maicena. Uso y abuso de alcohol, ni que decir!
Es
hora de poner en marcha un patriotismo serio. Tal vez las otras selecciones no
llegaron más lejos, debido a los intereses de cada uno de los representantes
que ejercía presión para que a su jugador lo pusieran a jugar a como diera lugar,
es decir, darle el vitrinazo para que tuviese la oportunidad de ser contratado
en Europa, como fue el caso de Víctor Hugo Aristizabal en la era Maturana.
Un patriotismo
serio debe necesariamente dejar la politiquería y darle la oportunidad a las mayorías,
no por apellido, clase o raza como casi siempre ocurre en este país. La selección
Colombia ha sido en gran medida el reflejo de la diversidad regional, étnica-racial
del país y cada uno hizo su aporte para el bienestar del equipo.
Es por
ello que el patriotismo debe ir más allá del fútbol, es necesario un
patriotismo que jalone inversión económica como la hecha en la selección, en
salud, educación, vivienda y en otros
escenarios. Muchas de esas señoras que salían a reventar sus gargantas
gritando: viva Colombia! viva Colombia! Regresaban
a sus casas y encontraban sus neveras, si es que tenían, vacías o llenas de botellas de agua.
Es necesario
redimensionar el patriotismo para salir del sótano de las pruebas que se hacen
a nivel mundial. Es necesario
redimensionar el patriotismo para abandonar los últimos lugares del
analfabetismo.
Es
necesario redimensionar el patriotismo para salir de los últimos lugares de pobreza
y miseria del mundo. Es necesario redimensionar el patriotismo para
erradicar la violencia de las calles y centros educativos. Para que RNC y
Caracol dejen de producir series donde muestran a Colombia como un país de
narcos, proxenetas y meretrices.
Es
necesario redimensionar el patriotismo para que las y los que supuestamente son
llamados colombianos no mueran afuera de una clínica por no tener un carnet. Para
tener un empleo digno, sin explotación y bien remunerado.
Es
necesario redimensionar el patriotismo para que millones de supuestos
colombianos y colombinas abandones los andenes y tengan una vivienda digna. En Cali
ya se ha vuelto común encontrar mujeres indígenas y afro que han sido desplazadas
del Choco y Cauca. Colombia es uno de los países líderes en desplazamiento en
el mundo por causa de terrorismo armado y terrorismo económico.
Ya es
hora de asumir un patriotismo serio, no ese que dejo decenas de muertos, entre
ellos varias niñas por culpa de borrachos que hacía disparos al aire. El fútbol
no es para eso.
Es
necesario redimensionar el patriotismo para que los deportistas y en especial los
futbolistas asuman posturas políticas serias, como lo han hecho Sócrates,
Cantona, Drogba entre otros.
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