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África: trazando la línea entre la colonización, la descolonización y el panafricanismo


Jesús Karabalí 
Licenciado - Educación Popular - Universidad del Valle. Colombia.
Maestría - Ciencia Política y Liderazgo Democrático-Instituto de Altos Estudios Europeos de Madrid.
Maestría en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos Universidad Autónoma de Madrid.
Docente e investigador Universitario. Docente de inglés.




Introducción
     El presente ensayo pretende aportar un análisis crítico sobre tres etapas fundamentales que arropan constantemente al continente africano: la colonización, la descolonización y el panafricanismo. No podemos entender estas etapas como completamente acabadas, pues oscilan entre continuidades y discontinuidades, dependiendo de cada nación africana. La fuente principal de referencia para este ensayo será el libro de Frederick Cooper, el cual lleva por título “Africa Since 1940 The Past of the Present”, publicado en el año 2002.
     
   El libro de Cooper es una apuesta que nos evoca a entender el África que ha sido sometida por las potencias coloniales pero también el África que ha demostrado sus deseos de hacerle frente al colonialismo y salir de él. Esa misma África, la cual sigue siendo vista por las potencias occidentales como su despensa, en su futuro inmediato y próximo, cuyas tierras y gran cantidad de sus habitantes han sido sometidos para el beneficio de la economía de dichas potencias. 

     Cooper hace un esfuerzo riguroso por exponer la travesía por la cual las potencias occidentales han hecho transitar a África durante y después de las Segunda Guerra Mundial, para pasar también por la Guerra Fría y las diversas luchas de independencia, en búsqueda de una soberanía total. 

Aspectos clave para entender el colonialismo
     El colonialismo sin duda alguna ha sido el principal factor de las debacles que han azotado al continente africano. Éste ha sido el culpable de que África se haya quedado rezagada, ya que el colonialismo ha quebrantado las principales instituciones africanas, como son: la familia, la educación y la organización política y económica.  Por ende, el colonialismo también ha sido el causante en muchas ocasiones de conflictos armados entre pueblos africanos.

     En ese orden de ideas, uno de los puntos fuertes expuestos por Cooper (2002) es el análisis que hace acerca de los conflictos armados que ocurren en África. Un ejemplo clave es la masacre perpetrada en Rwanda. El autor señala que ésta fue planeada por una institución moderna, un gobierno con su aparato burocrático y militar”. (p.6). Cooper adiciona que “el odio en Rwanda era bastante real, pero era odio con una historia, no un atributo natural de diferencia cultural. De hecho, las diferencias culturales en Rwanda fueron relativamente mínimas: el hutu y el tutsi hablan el mismo idioma; la mayoría son católicos”. (p.7).

     Cooper (2002) destaca además el papel de Bélgica en dicha masacre, pues ésta tenía favoritismo hacia los tutsi, y en particular los jefes tutsi. Por otra parte, en 1957, un “Manifiesto Hutu” acusó a los tutsi de monopolizar el poder, la tierra y la educación. (p.8).
     Estoy de acuerdo con Cooper y al respecto sostengo que las lecturas que a menudo algunos académicos hacen sobre los conflictos que ocurren en África apuntan casi siempre a dos causas. Por un lado, las étnicas y por otro las religiosas. Las dos se desarrollan dentro de la tribu. En ese orden de ideas podríamos intuir que los conflictos africanos no tienen ningún origen económico ni político, esas dos categorías son válidas para explicar los conflictos que ocurren dentro de los estados europeos o norteamericanos. 
     Otra herramienta del clave del colonialismo es la forma en que algunos africanistas y panafricanistas han decidido estudiar al continente africano. Cooper (2002) señala que la historia de África a veces es divida en tres eras: “precoloniales”, “coloniales” y “poscoloniales”. La primera y la última, están marcadas por la autonomía de las sociedades africanas. La primera fue un período de reinos, imperios, jefes, consejos de aldeas, sistemas de parentesco y el último período de naciones-estado, cada uno con su propia bandera, pasaporte, sellos, moneda y otros símbolos de soberanía. (p.14).

     A mi modo de ver en el último periodo no podríamos hablar de autonomía completa de las nuevas naciones africanas, pues éstas siguen sometidas de alguna forma u otra, por sus antiguos colonizadores, entre ellos Francia e Inglaterra, y por nuevas potencias, como China, Rusia y potencias emergentes árabes, como Arabia Saudita. Otro aspecto clave y reduccionista que ha sido central en los estudios de África, es la invención de dos Áfricas: el África subsahariana o África negra y el África del norte o el África “blanca”. A mi modo de ver, cuando algunos estudiosos de África abordan el África subsahariana, lo hacen para denotar que esta parte del continente es más atrasada que la del norte. Con frecuencia el África del norte es incluida dentro de la región denominada como Medio Oriente. Al África del norte históricamente se le ha asociado como la más desarrollada y la más civilizada, debido a su cercanía con Europa.    

     Dos formas de gobiernos coloniales sometieron a África como resultado de la Conferencia de Berlín 1984-1985). Inglaterra impuso el “gobierno indirecto”, por medio del cual encargaba una especie de jefes de estados, los cueles se sometían a sus reglas. A esto Cabral (1981) llama élites coloniales nativas, las cuales han sido “forjadas en el proceso de colonización, viven material y espiritualmente la cultura del extranjero colonialista, con el que intentan progresivamente identificarse”. (p.4). Por otra parte, Francia apostó por la “asociación”, considero que con este modelo Francia le hacía creer a los habitantes de sus colonias que también eran ciudadanos franceses y por ende gozaban de los mismos derechos que un francés de París o Marsella. Cooper (2002) señala que estos dos modelos de colonialismo fueron puestos en marcha en la década de 1920 “y fueron intentos de poner una luz positiva en el fracaso colonial para rehacer las sociedades africanas y limitar la política a las jaulas tribales”. (p.18).

     Otro aspecto bastante recurrente y muy espinoso es el colonialismo asociado con la religión. Decir que las y los africanos fueron y están siendo esclavizados por el Cristianismo o el Islam es una incoherencia, es una ofensa a la inteligencia de los pueblos africanos. Decir que los europeos llegaron con la Biblia a África y que los árabes llegaron con el Corán y les dijeron a las y los africanos que Dios les había destinado para ser esclavos es una de las grandes falacias eurocéntricas, incluso de ellas se valen muchos que se asumen como panafricanistas. Creer tales falacias, implica creer que las y los africanos son fáciles de esclavizar, son dóciles, con poca capacidad intelectual. Ni la Biblia, ni el Corán son libros ajenos a los pueblos africanos. Prueba de ello es que Moisés era africano y recibió las sagradas escrituras en África.  De acuerdo con Donald (2016) el Cristianismo tiene sus raíces en África. En tanto Diop (1991) sostiene que “la palabra “Cristo”, proviene de la expresión faraónica egipcia “kher sesheta”: “el que vigila los misterios”. (p.312). Y de acuerdo con Muhammad (2009) el Islam también tiene sus raíces en África.  

Aspectos relevantes sobre la descolonización
     La descolonización de los pueblos africanos estuvo marcada por dos aspectos fundamentales, el primero de ellos fue la lucha armada y el segundo casi que la conciliación entro los colonizadores y los colonizados. Naciones como Guinea Bissau y Kenia se vieron obligadas a hacer uso de las armas para liberarse de la opresión colonial. No obstante algunos líderes africanos que optaron por esta salida fueron asesinados, como Amílcar Cabral y Thomas Sankara.

     Cooper (2002) señala que África ha pasado de la descolonización a hacer parte del tercer mundo. Este es uno de los puntos fundamentales del documento. A mi modo de ver, África no se ha descolonizado, pues la mayoría de las naciones africanas que surgieron de la llamada descolonización se vieron obligadas a tomar partido, bien sea por la propuesta de Estados Unidos o por la de la antigua Unión Soviética de línea marxista-leninista. 

     Sobre la recolonización o neo colonización Cooper (2002) señala que  “los límites de la modernización del imperialismo, las múltiples formas de movilización política y social en el África de posguerra no se enfrentaban a un colonialismo estático sino a un blanco móvil”. (p.62). Ante esto vemos que Francia y Gran Bretaña intentaban relegitimar el dominio colonial, por ello optaron de forma estratégica aumentar la participación política africana de manera controlada y dar a los africanos una participación en la expansión de la producción dentro de la economía imperial. Un ejemplo claro de ésto fue Sudáfrica, que se expandió económicamente al escalar la represión en la década de 1950, marcando así otra visión del “progreso” en la era de la posguerra.

 El panafricanismo y su apuesta por transformar África
Como forma de lucha contra la opresión colonial, surge el panafricanismo, el cual de acuerdo con Cooper (2002) tiene varias versiones. Una de ellas fue la que establecieron los afroamericanos y caribeños, el más reconocido de ellos fue Marcus Garvey, quien nació en Jamaica y de alguna forma u otro se inspiró en el Cristianismo. Siguiendo la línea de Garvey aparecería el-Hajj Malik al-Shabazz, más conocido como Malcolm X, quien más adelante recibiría gran influencia de la Nación del Islam. Garvey era considerado radical, pues abogaba por el retorno de a África, en tanto Malcolm una vez realiza la peregrinación a la Meca se da cuenta según el que no todos los blancos eran malos e inicia un movimiento con diversas ideologías donde incluso los blancos pueden aportar, pero no direccionar la lucha de los pueblos negros. 

     Otra propuesta fue la que desarrollaron Leopoldo Senghor y Aimé Cesaire. El primero era de Senegal y el segundo de Martinica, quienes desde la filosofía denominada negritud contribuyeron a la civilización mundial. De igual forma debo destacar a Kwame Nkrumah presidente de Ghana quien contribuyó a la resistencia apoyando la agricultura, no solo de su país, sino también de los vecinos como Nigeria.

Conclusión
     El documento de Cooper sin duda alguna es un referente fundamental para entender parte de la historia reciente de África, la cual está marcada por la colonización y las luchas de resistencia de sus pueblos. A mi modo de ver uno de los vacíos que presenta el documento es que no analiza con más rigurosidad el proceso del Apartheid, puntualmente el papel de Mandela después de terminar su periodo presidencial. Debido a que hoy en día muchas comunidades en Sudáfrica siguen sometidas por élites europeas.
      Otro vacío que presenta el documento es la falta de crítica del autor en la forma en la que algunos académicos han dividido África para estudiarla. La división del África negra o subsahariana en contraste con el África del norte o del Medio oriente, es otra muestra más de querer denotar que hay un África “superior” y un África “inferior”.  

     Por último, pero no menos importante es la visión que el autor expone sobre el panafricanismo. A mi modo de ver Cooper se queda corto al no hacer un análisis sobre lo que yo llamo la jerarquización que se ha creado dentro del movimiento panafricanista. Donde algunos panafricanistas de Estados Unidos se asumen superiores al resto de panafricanistas del resto del mundo, solo porque ellos nacieron en Estados Unidos y porque esta nación es una de la más poderosas del planeta. Esto ha llevado a ese grupo de panafricanistas a creerse los que más han luchado contra el imperialismo y el racismo o a creer que su forma de lucha es la única o la más genuina y acertada.     




Bibliografía

Cabral. (1981). La Cultura como Movimiento de Liberación, New York: Monthly Review Press. 1973. Ensayos sobre biografía política. Siglo XXI Editores. México.
Cooper. (2002) Africa Since 1940 The Past of the Present. Cambridge University Press, New York, Melbourne, Madrid, Cape Town, Singapore, Sao Paulo, Delhi.
Diop. (1991). Civilization or Barbarism an Authentic Anthropology . Lawrence Hill Books.
Donald. (2016). Christianity is an African Religion: How African Spirituality Gave Birth to the Light of the World. Create Space Independent Publishing Platform.
 Muhammad. (2009). Black Arabia and The African Origin of Islam. A-Team Publishing. Atlanta.
Rodney. (1982). De cómo Europa subdesarrolló a África. Siglo XXI editores, sa. México.



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